Audry Funk es una voz potente del feminismo latinoamericano. Audry habla desde su autenticidad y conecta con el nosotrxs colectivo a partir de temas diversos que van desde el género, el activismo por la diversidad de los cuerpos, la sexualidad y el amor ético hasta la autogestión, la migración, la diversidad cultural, la diáspora y le gentrificación de los barrios, particularmente del Bronx, donde ha vivido durante los últimos diez años.
Tuve la oportunidad de conversar con Audry sobre diversos temas, incluyendo preguntas sobre su experiencia trabajando con la lengua, una cuestión en común con Indisciplinadxs, quienes nos identificamos como trabajadoras del lenguaje. Comparto en seguida la conversación.
Silvia: Me encanta tu trabajo y sé que sos sumamente multifacética, por eso me gustaría empezar preguntandote cómo te identificas a vos misma.
Audry Funk: Mujer, gorda, rapera, cantante, compositora. Me identifico con la filosofía y la organización comunitaria. Migrante, te vuelves otra cosa cuando eres migrante, o sea no solamente eres todo lo que ya fuiste, sino todo lo que empiezas a ser cuando cuando te das cuenta que estás en otro lugar, en otro momento. Así es como me identificaría.
Silvia: De todas estas identidades me gustaría preguntarte sobre la identidad migrante, que es central en el momento en el que estamos, ¿cómo definirías ser migrante?
Audry Funk: Es muy duro. Pues yo siento que es como estar dividido. Siempre estás dividida entre de dónde eres y creciste y lo que escuchaste y lo que estás siendo escuchando y creando y creyendo en el momento en el que ya no estás. Creo que también es una identidad con mucha nostalgia. O sea, depende… La nostalgia no cambia, pero sí cambia la experiencia si tu privilegio de migrante es otro: si puedes regresar a tu país o si no puedes. O sea, si eres “ilegal o legal” en donde sea que te moviste. Hay muchas aristas, pero siempre hay un asunto ahí de mucha nostalgia, de mucha impotencia porque a veces aunque tengas los papeles, pues también tu ritmo de vida es otro. Es como construir desde la lejanía, y pues es muy difícil.
Lo definiría como una nostalgia permanente. Una vez que eres migrante, ya no dejas de serlo, a pesar de que regreses en algún momento al país al que dejaste. No es el mismo país. No son las mismas personas. Hay muchas cosas que no van a ser nunca igual. Entonces es el constante cambio ser migrante y el estar sosteniendo muchísimas emociones a la vez y saliendo adelante con tu vida. Yo creo que es una de las cosas más duras que me ha tocado vivir.
Silvia: Pensando en eso de las diferentes formas de migrar… Por ejemplo, tenemos palabras como expat, muy utilizada actualmente. La gente que se denomina en esa categoría no necesariamente parece estarse pensando como migrante. Es decir, como desde esa perspectiva…
Audry Funk: Pues eso. Yo creo que el concebirte como migrante también viene con una carga racial muy dura. O sea, es como alguna vez leí como que si eres blanco y migras, no eres migrante, eres ciudadano del mundo, muy diferente para todas las poblaciones del Sur global que emigramos y no somos blancas y que no tenemos estos privilegios del wifi y toda esta onda. Habrá quien sí lo tenga, pero son contados. Es muy diferente haber migrado por necesidad económica que haber migrado por un proyecto de educación o porque eres muy bueno en lo que haces y entonces te contrataron. Creo que es muy distinto, pero la mayoría de las personas que hablamos desde la migración es también desde el despojo. De lo que tuviste en tu país, pero no tienes suficiente como para regresar o que pensabas que no tenías suficiente para regresar, o como que ya no había otra salida más que irte, porque todo el mundo en tu familia se había ido. Son muchas limitantes: raciales, económicas… Inclusive hay migrantes por problemas ecológicos, de calentamiento global, o migrante por desastre climático. O sea, como que un día existía tu tierra y de repente el mar se la tragó porque el océano está creciendo, porque el capitalismo está destruyendo el mundo. Tú no migraste porque querías, pero se volvió una necesidad. Cuando tu territorio quedó bajo el agua… Entonces, como que todas estas cosas son este gran problema de movilidad. Pero el humano siempre ha sido inmigrante. Siempre nos hemos movido. Y después nos asentamos para crear sociedades. Al final la migración es la historia de la humanidad.
Silvia: Pensando que te identificamos como rapera feminista, mi siguiente pregunta es cómo explicarías qué es el hip-hop a alguien que que no sabe qué es. Además, ¿qué es para vos en particular?
Audry Funk: Está la “explicación de manual”, la que se dan en los talleres en los cursos: el hip-hop es una cultura que nace en el sur del Bronx por mucha marginación y por mucho contexto de migración también. Por ejemplo, donde se hacían las primeras Block Parties (fiesta organizada por vecinxs de una cuadra). Y después empiezan a hablar personas sobre lo que pasaba allí. ¿Cuáles son los los elementos del hip-hop? Son cuatro, pero mucha gente discutiría que son cinco. Los cuatro pilares son grafiti, break dance, los MCs y los Djs. Yo siempre digo que el quinto es el conocimiento, pues hay que conocer toda la estructura en la que te estás metiendo. Y esa es “de panfleto” o la definición más resumida. Obviamente hay muchas aristas, mucha historia, muchas cosas que contar, cómo llegan a nacer los cuatro elementos, y más.
Y pues, para mí, metiéndole más el corazón, el hip-hop es la cultura que me ha dado un sentido de existencia muy grande. Todas mis capacidades de inclusive pagar mis cosas, generar vida, generar existencia han sido gracias al hip-hop. También me ha traido procesos educativos y de organización comunitaria. El hip-hop realmente me ha dado todo. Me ha dado familia, me ha dado amigos. Me ha dado parejas. Me ha dado viajes. El otro día estaba platicando con mi papá y vimos que conozco como 30 países solamente por la música. Y pues a mí sí me parece un gran logro, muy chido. Es una cultura que me abrió muchas puertas y muchas posibilidades que seguramente, pues no me tocaban a mí. A alguien que nació en Puebla, pues tienes tus chances de estudiar en la universidad. Pero yo no sé si con mis medios yo hubiera podido tener el dinero para conocer 30 países. Seguramente era algo que estadísticamente no me tocaba, pero que me tocó, porque el hip-hop me abrió otras formas de organizarme, de trabajar. Para mí es eso: me abrió muchas oportunidades y me dio un sentido de vida. Tanto como que me ayuda a mí espiritualmente, pero también permite ayudar a otrxs. Así como poner semillitas. Me parece chido trabajar con juventudes y que esos a caminos que me he forjado gracias al hip-hop también a otros y a otras se les puedan abrir. Desafiar la estadística desde el arte. El hip-hop en mi vida, más allá de si esta cultura de los cuatro elementos, me ha llevado a ser espiritualmente fuerte.
Silvia: Sobre el quinto de los elementos que mencionaste, el conocimiento: desde las herramientas que tienes como filósofa (no solo por la formación académica, sino filósofa por lo que haces), ¿qué formas de conocimiento sentís vos que hay en el hip-hop, como cultura y el rap, en particular?
Audry Funk: Más allá del conocimiento de academias, creo que te da formación en cómo habértelas, cómo te las averiguas. Creo que esa es uno de los tantos conocimientos que me gustan del hip-hop, como aprender a autogestionar lo que tienes que hacer. O sea, autogestionar y, a su vez, gestionar cosas, recursos, espacios. Creo que eso es algo que muy pocas personas saben hacer o que se animan a hacer para poder ocupar espacios. Eso para mí es un conocimiento muy callejeril. Esto de tomarte la calle, tomarte el espacio para hacer algo beneficioso. Se me hace como la señora que invade un poco la banqueta para poner una maceta con flores en medio de un lugar que sólo tiene concreto, pues me parece que es tomarte el espacio. Eso es parte del conocimiento del hip-hop: saber ocupar y tomar el espacio. El conocimiento también de lo que está sucediendo en tu cuadra, en tu barrio, qué es lo que te afecta. Ese conocimiento para mí es importante. No el conocimiento de “ay sabes que en la Segunda Guerra…” Es este conocimiento de “Oye güey, tal persona está haciendo esto, o tal persona hizo esto. Y entonces desembocó en esto… o están dando esta ayuda en cierto lugar, o mira este es el auditorio de tal que tú también puedes acceder”. Es el conocimiento más allá de saber fechas importantes. Es saber cómo moverte en un sistema que no trabaja para ti, sino que más bien tienes que aprender a moverte para que haga lo mínimo necesario, el reclamar. Todos estos conocimientos son conocimientos para declarar existencia y para declarar pues vida y autonomía de alguna manera, como el reclamar y el saber navegar el sistema en el que vivimos.Y hasta cómo sortear ciertas cosas que no quieres hacer. Cómo decir: “no, pues esto me parece injusto. No lo voy a hacer” y cómo lo sorteo de la mejor manera. Pues por ahí yo creo que es. A grandes rasgos.
Silvia: Como lingüista feminista, quisiera centrarme en la palabra. Rapear es hacer poesía, que puede ser improvisada o escrita, pero poesía, lo cual evidencia este conocimiento del que hablabas. ¿Cómo es la experiencia de sacar la palabra o de sacar la voz por medio del rap para vos? ¿Cómo la describirías a alguien qué pasa cuando estás rapeando?
Audry Funk: Pues yo creo que es como la catarsis, ¿no? O sea, en mi caso, no sé como será para alguien más, pero yo tengo esta catarsis tan dura de todo lo que me atraviesa, como en el momento en el que escribo en el que canto es como como que todo todo sale: todo lo bueno, todo lo malo. Como que simplemente existo. A veces me siento muy hippie contestando este tipo de preguntas, pero como que siento que existo conectada a una search más grande, como una fuente más grande y que estoy bajando como información de algún lado. Siento que, por ejemplo, cada que escribo una rola me siento como en un trance. No es que sea yo totalmente consciente de “ay voy a hacer esto”, sino que siento que me pongo como en un trance para poder escribir y después ya voy a lo técnico, hago cambios y todo. Pero como que en el momento el cuerpo siempre viene acompañado de un mensaje como muy espiritual, entonces siento que el hip-hop, el estar rapeando, el estar en esa disciplina es bajar informaciones, conectarme con lo espiritual. Así más bonito como para poder hacerlo es todo. No lo sé explicar científicamente, no te puedo dar estadísticas, pero sé que me siento otra persona y que siento que todo está bien cuando estoy en el proceso de crear de bajar información.
Silvia: ¿Entonces, un poco como un acercamiento entre la palabra y lo sensible, que según lo estás describiendo, tiene una parte corporal también?
Audry Funk: Total. Sí, como que el cuerpo se siente en paz. Y claro, cuando estoy en un concierto, pues también el cuerpo se cansa, pero expresa, dice. Es este cuerpo-mente. Es todo, es como el prefecto balance de poder sacarlo. Sacar los sentimientos, lo más profundo que hay en tu corazón, como que siento que sale. Bueno, esto es lo que yo hago, no sé otras personas. Lo que yo hago es así, como sacarlo y sale. Sale de bien adentro.
Silvia: ¿Y cómo ha sido tu parte de trabajo con la comunidad, las experiencias de facilitar que otras personas hagan este proceso?
Audry Funk: Pues muy chido. Siento que les doy una herramienta para la catarsis. Y no sé si haya futuros MCs. Pues ahí hay chavitos que no les importa, no dicen nada.. Y hay chavitos que como que se te dan. Ah, mira, pero esto me interesa. Y así, o sea, tú no sabes la puerta que vas a abrir. Entonces, si es bien bonito. Sí siento que es diferente cuando son niños y y chavitos así de de Middle School. Como que es bonito cuando se interesan, pero también es bonito trabajar con adultos que en realidad quieren ir porque quieren aprender, porque entonces le ponen más ganas, te preguntan más. Les doy el conocimiento y luego van a sus casas y empiezan a practicar. O sea, yo puedo pasar el conocimiento de lo que a mí me sirvió para aprender a escribir, pero todo lo demás, todo lo que sigue ya es tu parte. Te paso ese conocimiento básico y, si te interesa, ya es de tu parte buscar una pista que te lata, medir los tiempos… eso ya es muy tuyo. Es muy “si te interesó y si quieres”. O sea, no hay un manual que te enseñe a rapear chido. Más que recibir ciertos conocimientos y, bajo tu propio ritmo, aprender a hacer cosas diferentes. Entonces es muy bonito ver el proceso de muchas chicas, chicos y chiques (lo que sea) que se interesan y que siguen el proceso y de repente, pues, ya sacaron una canción o ya que se suben rapeando o que me escriben no. Creo que pasar conocimiento que abre tantas para mí es bonito, importante, necesario. Eso.
Silvia: Bueno, me gustaría mucho preguntarte, en esta línea de las palabras, de decir y de tomar la tomar la palabra: ¿cómo ves la relación entre rapear y conversar o hablar en el día a día? En otras palabras, ¿qué cosas de rapear te llevas al día a día o qué cosas del rap te han servido para llevar a la conversación? ¿Hay habilidades que aprendiste al rapear que luego has aplicado a conversar o a tus comunicaciones más cotidianas que no son hip-hop?
Audry Funk: Mira, por ejemplo, juegos de palabras y mi habilidad de manejar el lenguaje. Algo que ha sido útil: el hip-hop en mi vida como que hago chistes y de repente sé que es como rápida mi habilidad de trabajar con el lenguaje, porque trabajo con el lenguaje en general, haciendo la vida.Y tal vez a ser más frontal como cuando hablo. Como que una viene de una sociedad que… (¡me da mucha risa!) Un amigo una vez me decía “Ay, es que siento que los mexicanos, cuando te van a pedir algo, siento que te van a pedir un riñón ¿no? “serías tan amable. Por favor, si no fuera mucha molestia. Y si no te molesta que me pudieras prestar tu libreta” Todo eso en lugar de “pues ya préstame tu libreta”. Entonces como que no se va y que no va a sonar peor. O sea, no tienes ¿Por qué hacerlo? Como cuando siempre decimos, ¡Ay, los frijolitos! Como ponerlo en diminutivo para que sea bonito. Pues eso, me ha enseñado a ser un poquito más frontal y a no irme por estas cositas, que voy a llegar a lo mismo pero endulzado, entonces creo que sí ser frontal. Creo que me ha ayudado un poco más el rap.
Silvia: ¿Como tener más fuerza para decir lo que vos pensás?
Audry Funk: Sí, o más bien como a no darle tantas vueltas a cómo decir “me siento agredida por…” o “no me gusta esto”. Nos atan como a no tener una opinión fuerte, tener que suavizarla. Porque una también como mexa puede hablar, pero pues puede hablar así como: “Ay, Bueno, es que yo creo…” O sea, sin herir susceptibilidades. Como muy “tienes que hablarle bonito a todo el mundo para caer bien”. Siento que el rap me ha ayudado a “oiga no”, “no me gusta”, etc.
Silvia: Claro. Es un poco la actitud que hay en el rap.
Audry Funk: Ajá exacto: si te gusta, sí … y si no, no.
Silvia: En línea con esto de tomar la palabra, el lugar de la voz, el poder como decir cosas, ¿cuál ha sido el lugar que se le ha dado en el hip-hop a las mujeres y cómo lo podrías relacionar con el lugar que vos te has hecho dentro del hip-hop con tu historia, tu proceso personal (individual y con otras compañeras)?
Audry Funk: Pues yo creo que al hip-hop le ha costado mucho trabajo reconocer a las mujeres. El gringo, el árabe, el mexa, el chileno, y todos a donde voltees. Siempre hay como un par de MCs que son reconocidas y otras que no. Pues las sociedades en las que vivimos son bien patriarcales, de invisibilización. Entonces yo creo que en el rap es lo mismo, como que no nos quieren parte de la historia, no les interesamos como parte de una memoria viva. Entonces, siento que cuando dejé de insistir que la cultura hip-hop que está cortada por hombres me reconociera y empecé a crear espacios de hip-hop, pero que son de mujeres para mujeres y disidencias y todo… Siento que no es que me haya ganado un lugar en la escena, sino que creamos nuestra propia escena para no ser invisibilizables. Como que el hip-hop en sí mismo no me da el reconocimiento que tal vez yo y muchas de nosotras mereceríamos. Sin embargo, entre nosotras, el público y el círculo que hemos criado y creado sí hay mucho respeto, mucha amabilidad, y mucho querer, como mucha admiración de las personas. También depende mucho de a qué le apuntas: o a este sistema de hip-hop que pasa en MTV y que ponen en la Rolling Stones, y así, o a la escena que es un poco más alternativa, pero que no viene desde la validación de las grandes empresas, si no como de la calle, de las personas, de quien te escucha, de movimientos sociales. Porque no solamente hablo de feminismo. Hablo del veganismo, de los derechos en las infancias… Hay muchas raperas que hablan de muchas cosas que los hombres no están hablando. No solamente de procesos feministas, sino hasta de defensa del territorio. Yo siento que cada vez hay menos hombres haciendo rap consciente. Y creo que las mujeres somos las que estamos haciendo o nombrando muchísimas cosas que están sucediendo en el mundo. Sin querer caer en el top 10 de los mejores raperos de habla hispana, ¿verdad? Siento que va por ahí, como que la historia. Y la historia oficial, pues no nos va a nombrar, pero el el hecho de haber creado nuevos horizontes dentro del hip-hop: ahí sí que se nos nombra, ahí sí que se hacen cosas bonitas.
Silvia: Claro, han tomado la palabra y los espacios donde la palabra pueda florecer. Básicamente.
Audry Funk: Exacto. Somos la maceta de la señora.
Silvia: Que creció y rompió el cemento.
Audry Funk: ¡Exacto!
Silvia: La mayoría de la entrevista te he preguntaba sobre hip-hop, pues es la identidad creativa con la que te conocí inicialmente. Creo que mucha gente como yo te conoce a partir de ahí, pero sé que también has cantado otros ritmos y que siempre estás abierta a explorar ritmos distintos. Entonces, quisiera preguntarte: ¿cómo ves la relación entre tomar la palabra y elegir un ritmo? O sea, ¿qué cosas te permiten decir esos ritmos?
Audry Funk: Pues, ¡música es música! También ha sido un proceso para mí mucho de dejar de pensar en la validación del “real hip-hop” y todo eso. Y realmente hacer lo que me sale un poco de los ovarios. Antes me preocupaba mucho por ser la “rapera real” y que todo el mundo entendiera que sí lo era. Ahora realmente ya no me importa. En fin, me encanta la música; siempre he sido una persona que la ama, que tuvo una familia que le enseñó muchos ritmos desde muy pequeña, de diferentes lugares: lo que hago da un poco a esto ecléctico que llevo. Y si soy buena haciendo rap, también puedo meterle a la cumbia y voy a cantar, y le voy a meter al reggaeton y me va a costar. Y si alguien me invita a hacer un lofi, lo voy a hacer. Y si alguien me invita a echarme una bachata, pues seguramente lo voy a intentar. No sé si suene bien, pero es mucho el saber navegar lo que te hace feliz y no estancarte en un solo lugar. Siento que es así como la vida misma: cuando le pones limitantes a tu arte es cuando empiezas a preocuparte mucho por el qué dirán afuera. Si no la cagas, no creces, creo yo. Entonces, a mí me gusta hacer música de todo. Y no por eso soy menos rapera que alguien que solo haga rap.
Silvia: Esto me hace pensar un poco en el algún rapero que he escuchado haciendo freestyle y, de repente, le tira a la gente que hace reggaeton. Lo pienso tratando de crear una división que permite darle una diferencia y un valor distinto a las identidades hiphopera y reguetonera, como una economía que presenta al hip-hop como mejor que “aquello otro”. O sea, crear la identidad a partir de presentarse como mejor que la identidad de otrx pasa no solo en la música… Pero es una trampa, pues es hacer que la gente cree separaciones y separaciones, que se repiten infinitamente.
Audry Funk: Sí, también dentro del hip-hop hay como mucho de eso. Por eso digo yo no, a mí me vale madre. Pero si solo fuera rapera o me importara que me creyeran “rapera real”, pues nunca hubiera pisado un beat de reggaetón o de cumbia, ¿no? O sea, como que yo dijera “¡Ay, no, qué vergüenza!” ¡No! En algún momento me pasó cuando estaba más chava y estaba creciendo en la cultura, pues primero todos queríamos ser solo raperos… Y pues, yo no. Yo decidí ya no limitarme. Pero eso no quiere decir que todos piensen igual. Hay muchos que piensan, y que me han dicho: “no es que te vendiste porque hiciste reggaetón”. Y yo “Ahh, sí… ¡Ajá!” Pues simplemente, si es lo que tú crees querer, no importa la validación de este grupo de personas, o que piensen que lo haces bien o mal. Para mí, yo sólo quiero cantar.
Silvia: Como mencionamos el reggaetón, me parece interesante que dos canciones tuyas muy reconocidas sobre el tema de ser gorda son en reggaeton. Una es “Te pertenece” y la otra, que además ganó el premio por un vídeo maravilloso con un trabajo comunitario increíble, es “Perrísima”. Sé que hay más canciones de reggaeton importantísimas, pero me gustaría traer la atención al reggaetón, el tema de diversidad de cuerpos y cómo conectan.
Audry Funk: Bueno, “Perríssima” es una cumbia. Pero también es un ritmo que no es rap. O sea que no es como el boom. Bueno, el reggaeton a mí me encanta, y también la cumbia. Creo que se puede aplicar a los dos tracks.
Silvia: ¡Claro, perdona, estoy pensando en tres canciones! “Todxs lxs cuerpxs”, “Te pertenece” y “Perrísima”.
Audry Funk: Sí, “Te pertenece” y “Todxs lxs cuerpxs” son reggaetón. Y la otra es cumbia, que también me gusta mucho. Y que es lo mismo. O sea, creo que a mí, cuando me preguntan qué es estar en un género machista como el rap siempre me volteó: “¿que género no es machista?” Un género musical que sea bien welcoming para las mujeres… ¿La cumbia? No. ¿La salsa? No, tampoco. No. O sea, siempre en un nicho en todas las escenas. Siempre es como “la mujer” y los diez hombres.. y que haya una mujer no quiere decir que sean más welcoming con las mujeres. Entonces, partiendo de esa idea, creo que apropiarte de cualquier ritmo como mujer es superfuerte, super revolucionario. Las que hacen en corrido, tumbado, las que están haciendo cumbia, las que tocan surf, las que hacen ska. Todas estamos rompiendo un esquema y un paradigma muy fuerte. Entonces, por ejemplo, apropiarme del reggaeton es porque a mí el ritmo del reggaetón me gusta: te causa ganas de bailar, ¿no? Y de repente cuando voy a los que están creando esa cultura, pues lo que hacen es poner puras morras también “buenas” en el sentido hegemónico y bien “blancas” y todas en bikini… Y “él” todo feo, pero con dinero, pero haciéndolo bien, o sea, todos estos clichés. Y si te vas a la banda, es lo mismo; los rockeros, es lo mismo, y todos pueden ser feos horribles y horripilantes, pero todas las que salen están “buenísimas”. Con cuerpo super hegemónico. Entonces, es parte de los discursos que nos hacen odiarnos a nosotrxs. Por eso agarrar un ritmo y decir otras cosas se me hace súper revolucionario. O sea yo no soy la única haciendo esto. Está Chocolate Remix y un buen número de chicas que hacen reggaetón muy feminista. Alika viene haciendo mucha cumbia, desde hace mucho tiempo. Entonces, yo creo que más bien muchas de nosotras dijimos “¡a mí me gusta!”, porque venimos de entornos donde esta música se escucha todo el tiempo. No es que vengamos de un lugar donde siempre escuchamos la ópera número no-sé-qué. En nuestros barrios escuchamos este tipo de música. ¿Por qué no apropiarnos con otro mensaje, con otra onda, con una cuestión política? Para mí eso es muy importante.
Silvia: Entonces, es no es solo qué se dice, sino como con quién o para quién.
Audry Funk: Con quién y para quién, ¡exacto! A mí se me hace más chido que le diga a una morrita que también puede perrear teniendo el cuerpo que tenga a que un wey me diga: no, es que esas nalgotas son las mejores, ¿no? ¿Y solo las que tienen nalgotas pueden perrear? No, también los morritos que no tienen, pueden perrear si así lo desean. Si ese es su deseo más íntimo, real y profundo en su corazón, pues que también lo hagan y sean felices.Siento que es esta onda de limitar a las personas por cómo se ven, por cómo hablan, por sus capacidades (capacitismo), o su edad (edadismo).También por esto hicimos 40ntonas y sabrosas, pues yo también puedo rapear siendo señora, y también puedo hacer reggaetón. O sea, no dejar que me limiten mi estar en el mundo… ¿que yo como soy mujer, ya entonces me vuelvo caduca cuando cumplo treinta, que ya no soy la niña Virgen, ya no soy la tierna… y entonces ya somos todas desechables? ¡No, puedo seguir haciéndolo, y puedo seguir gozando! Entonces es parte también de la revolución, pensarnos en otros mundos posibles, donde no seamos desechables las mujeres y donde podamos tomar el espacio que queramos. No ya solo el que nos pertenece, sino tanto como queramos y deseamos. Agarrar, no tomar, reclamar.
Silvia: Me encantó esta parte. Justo estaba pensando en preguntarte por 40ntonas y sabrosas. Es interesante tomarse esta palabra “cuarentona”, que es una palabra con un montón de carga al final… ¡Hasta he visto por ahí la palabra “señofobia”, recientemente!
Audry Funk: Esa no la he visto, pero no me sorprende.
Silvia: Al parecer se utiliza para hablar del miedo a que te digan “señora” por la edad, es decir, edadismo y las ideas asociadas con la apariencia antes que cualquier otra cosa… Aunque “señorita” es criticado desde la perspectiva feminista por referirse a un status marital, pues “señora” dependía de la relación con un marido (no se utiliza “señor/señorito” de esta forma).
Audry: Sí, como que ponerte la cadena de “señora” es que ya caducaste como mujer. Ya no eres fértil, ya no eres guapa, ya no eres joven, ¿no? Sobre todo en esa onda de “ya no puedes dar hijos”… así bien animalístico, que no estás disponible o ya no estás para aguantar pendejos. ¡Está cabrón güey, muy cabrón! Por ejemplo, pasa que tú ves actores que tienen un chingo de carrera y que hasta viejitos salen. Pero las actrices, después de los treinta, curiosamente se van a una isla y se retiran. O sea, las retiran porque están supuestamente caducas, porque ya no pueden ser la bonita de la novela, y tampoco cuadran en la abuela, que es amorosa y linda, ¿no? Entonces, como que tu mediana edad realmente te la pasas sin mucha chamba. Porque pues ya no existes. Ya no eres ni puedes tener ninguna figura de amor, ternura y comprensión, como lo es una chavita poco experimentada o como es una abuelita que te quiere por sobre todas las cosas. O sea, ¡tu mediana edad vales! Es esta etapa donde estás más productiva, más fuerte y con más energía para más creación.
Silvia: ¿Cuál ha sido la recepción de Cuarentonas y Sabrosas por parte de las personas que se identifican como mujeres?
Audry Funk: Tiene de todo. Están las que nos exigían la solemnidad feminista de siempre. Creo que el feminismo tampoco siempre tengo que hacerlo bien. Tengo derecho a supercargarla, aunque tú me hayas puesto en un pedestal. Como que se espera que una siempre saque esta canción consciente que va a revolucionar las marchas cada 8M… ¡No! Por otro lado, hay muchos que dijeron “órale qué shock, pero qué chido lo que están diciendo”, “tienen mucha razón”, “¡qué chingón, que se está escuchando!”, “¡que padre que se esté haciendo!” Entonces yo me quedo más como con esos comentarios de mujeres que dicen “me representa esta edad”, no los comentarios de la solemnidad feminista, pero sí ha tenido como que sus mitades.Y hay otras que dicen “¿Qué asco que es esta mierda?” No, es como que bueno igual nadie es monedita de oro, dirían por ahí las abuelitas.
Silvia: Claro, no a todas las personas les gusta el reggaeton particularmente. Pero la pregunta es qué es lo que no les gusta, si es el reggaeton como ritmo o si son los elementos culturales, de clase o de otros tipos asociados a ese ritmo… Porque aunque no te guste el reguetón, puedes escuchar la letra y saber que, en el reggaetón como el que hacen ustedes, se le está hablando a otras personas desde otros lugares. Al final, un poco esa misma lógica de “Te pertenece” y “Todxs lxs cuerpxs”, que también es tomar un ritmo con un sentido nuevo como me explicaste antes. Aunque 40ntonas y Sabrosas no es solo reggaeton.
Audry Funk: No, pero, todo el disco sí es parte de un universo muy urbano.
Silvia: ¡Gracias por esta conversación, Audry, espero que la hayas disfrutado tanto como yo!
Audry Funk: Sí. Y voy a seguir pensando en la pregunta de cómo ocupo el rap para la vida diaria, posiblemente tenga más respuestas.
Autorxs
Silvia es candidata a doctora en el Programa de Culturas Latinoamericanas, Ibéricas y Latinas en CUNY Graduate Center. Cursó el certificado en Interactive Technology and Pedagogy en la misma institución. Tiene una Maestría en Lingüística y un Bachillerato en Filología Española, ambos por la Universidad de Costa Rica. También se dedica a la narrativa visual y la ilustración.
- Silvia Rivera Alfarohttps://linguisticafeminista.com/author/silvia-riveralfaro/
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