¿Qué pasa cuando lingüistas de diferentes lenguas y lugares del mundo hablamos sobre lenguaje inclusivo?

En esta publicación les cuento como indisciplinada, mi experiencia en el congreso de Actitudes hacia el lenguaje inclusivo de género. Una perspectiva multinacional. Específicamente, voy a anotar algunos de los puntos que me sorprendieron por repetirse una y otra vez entre lenguas.

 

El 08 y 09 de setiembre de 2022 se llevó a cabo el evento. Hace meses se había difundido por redes de comunicación de lingüística (ej. The Linguist List) una petición de contribuciones para este evento que, según la descripción, duraría un día. Sin embargo, tal como cuenta su organizador, Falco Pfalzgraf, la respuesta resultó tan imprevista que tuvo que ampliar la duración a dos días. Llegaron propuestas de más de 70 investigadorxs desde 25 países; al final con todo y un día extra, Falco solo pudo aceptar el 40 %. Hubo personas de 25 países distintos, y el evento –que era sincrónico– ocurría a la vez en 16 zonas horarias. 

Como viví el evento desde Nueva York, la conferencia empezó cada día a las 2:00 a.m., parecía como una especie de pijamada académica. Disfruté todas las presentaciones que pude escuchar –desafortunadamente tuve que dormir durante algunas– con datos narrados desde quienes investigan el tema y con la posibilidad de hacer preguntas para entender mejor las diversas realidades donde se ubica. 

Dicho esto, quisiera plantear el ejercicio de tratar de poner en palabras la emoción de lo mucho que aprendí y me sorprendí al encontrar tantos puntos comunes (topoi) en lo que se convirtió en una discusión translingüística del tema. Así, paso ahora a poner a compartir 7 lugares comunes en las discusiones sobre lenguaje inclusivo que encontré en la conferencia la Actitudes hacia el lenguaje inclusivo de género… a ellos agrego mis impresiones:

1.La idea de que el lenguaje inclusivo no pasa en otros países o en otros idiomas. Se repitió bastantes el hecho de que en cada idioma se pinta el lenguaje inclusivo como un fenómeno exclusivo de ese idioma. Acá seguro que hay una serie de factores de los que no dará cuenta esta nota. Sin embargo, sospecho que hay una mezcla entre las representaciones ideológicas por un lado de ‘autenticidad’ y por otro de una especie de imaginario de “aislamiento discursivo” –por decirlo de algún modo–, de que cada lengua constituye una especie de isla. Y esta representación, de hecho, está muy conectada con el siguiente punto.

2. El argumento de que la estabilidad y el futuro del idioma están en peligro. Al observarse como un hecho aislado específico de una lengua, es más fácil perfilar el fenómeno como un peligro que ataca a la lengua específica. Parte de esos riesgos del idioma los encontramos en los siguientes dos argumentos.

3. El lenguaje inclusivo como causante de ininteligibilidad. Para repetidas lenguas se habló de que se perfila el lenguaje inclusivo de género como una posible causa de ininteligiblidad. Entre los argumentos que aparecen se encontraba el de la dificultad para leerse, ya que en múltiples lenguas se utilizan signos gráficos como el asterisco (*). 

Lo curioso es que también hubo algunas posiciones que mostraron también otro tipo de preocupaciones. Por ejemplo, Fernando González Lesniak, hablando del lenguaje inclusivo en Estados Unidos, comentó que empezó a trabajar en el tema del lenguaje inclusivo porque sus estudiantes, en edad escolar, sentían tristeza de preguntarse si une compeñere se sentiría bien llevando español al darse cuenta de que existen instituciones como la Real Academia Española que se oponen en redes sociales a este cambio lingüístico. La expresión de esta necesidad por parte de la niñez para habitar un espacio multilingüe habla de que la intelegibilidad va más allá de un conjunto de reglas gramaticales, sino de modos de ser y estar en el mundo. 

4. La argumentación por la economía lingüística. (Suspiro). Este es un argumento que comentaron también para el caso del alemán y que es sumamente común en español. Tenemos gente que cree que usamos el masculino genérico porque es más económico utilizar solo una forma. El argumento en español típicamente se despliega contra los desdoblamientos de tipo “todas, todos y todes”. Esas expresiones en español generalmente ignoran las razones sociales e históricas que llegaron a imponer el masculino, como la ausencia impuesta de las mujeres en el mundo de las profesiones. 

En lo personal, hace rato me parece un poco absurdo que se quiera forzar la idea de que solo se trata de la economía. Si quienes defienden la economía lingüística realmente estuvieran interesados –masculino a propósito— en dejar al lenguaje transitar su propio camino ‘natural’ entonces tendrían que partir primero de que los desdoblamientos tienen una larguísima historia. Y luego, entonces pensarían que formas como “las y los docentes” no son un “error” por no tener uno de los sustantivos, sino que serían –para su propia sorpresa– una forma sujeta a su propia eocnomía. Por ejemplo, en algún documento del Boletín de la RAE de 1916 ya se usa una de estas formas donde se reduplica el artículo nada más. 

5. La idea de una imposición a la mayoría desde una minoría de extremistas. Otro detalle es que se perfila a quienes deseamos que se utilicen estrategias lingüísticas de lenguaje inclusivo de género. En el español esta es una de las ideas que encontramos en textos como el Informe de Bosque (2012). Esa manera de perfilar a quienes promueven el lenguaje inclusivo nos lleva al siguiente punto.

6. La necesidad de hablar de las derechas extremas cuando hablamos del tema. Como el lenguaje inclusivo es un tema glotopolítico, hablar de él es inevitablemente hablar del panorama político actual. La conversación de los dos días del evento fue multiples veces al tema de la política local y de ciertos grupos con visiones de extrema derecha. 

7. Una serie de metáforas en torno al lenguaje inclusivo que podrían explorarse. Hubo dos ponencias que me deleitaron particularmente: la de Christine Ivanov, sobre el alemán, y la de Ann Coady, sobre el francés. Ambas ponencias analizaban metáforas conceptuales en torno al lenguaje inclusivo de género. Estos trabajos hablaban de cómo se presentaba al lenguaje inclusivo como una decadencia, una enfermedad o una violencia, y mostraban cómo en los argumentos contra el lenguaje inclusivo se denotaba este como si fuera un cáncer, un asesinato, una violación y otras formas extremas de violencia. En estos casos además, la lengua era entonces estaba en peligro frente a las violencias del lenguaje inclusivo. Los peligros incluían los puntos que he tratado acá previamente, y está claro que estas metáforas atravesaban otras lenguas. 

Desde Indisciplinadxs a la conferencia, con Ernesto Cuba, presentamos una ponencia titulada ‘Distintas aproximaciones a la denominación del lenguaje inclusivo de género en español: una contribución al debate internacional basada en datos”. Trabajamos con datos obtenidos en Google Trends sobre las búsquedas en Google en torno a ‘lenguaje inclusivo’, ‘lenguaje no sexista’, ‘lenguaje neutro’ y ‘lenguaje no binario’ desde enero de 2004 (la fecha más antigua disponible) hasta diciembre de 2021 (debido al momento en que propusimos el trabajo). 

Definimos el lenguaje inclusivo a partir de las conversaciones de más de dos años de Indisciplinadxs y del proceso escritural colectivo del Dossier de Lingüística Feminista editado por Paula Salerno y Natalia Villarroel como: 

Diversas estrategias discursivas y lingüísticas que pertenecen a un proceso social más amplio por la erradicación del patriarcado; se trata de un posicionamiento político desarrollado colectivamente por las mujeres y la comunidad LGTBQ+ desde sus múltiples subjetividades –por lo cual también se enfrenta a retos glotopolíticos, tales como disputas sobre el sujeto político de ‘el feminismo’ disfrazadas de normas lingüísticas, la mercantilización de las estrategias, y otros usos políticos de estas estrategias no relacionados con la intención antipatriarcal. Estas estrategias se materializan en múltiples geografías y cuerpos, donde se entrelazan con la complejidad de otras formas de opresión interseccionales y sistémicas. 

En nuestra contribución a la conversación, la noción del territorio fue central para poder relacionar el comportamiento de los datos con eventos políticos, feministas y no feministas. Es decir, el acercamiento nos permitió adoptar una mirada glotofeminista amplia sobre el fenómeno. Para mí, esta noción de territorio se ha hecho posible gracias a nuestras conversaciones, sabiéndonos lingüistas feministas situadas en tantas realidades diversas, pero que a la vez tenemos en común un tema transnacional.

Una parte de las presentaciones están disponibles en video, y también lo están las diapositivas. Se pueden consultar en el sitio web de la conferencia. Si tienen preguntas o ganas de conversar, podemos aprovechar la sección de comentarios de esta publicación.

Autorxs

fotografía Silvia Rivera Alfaro
Perfil | Publicaciones

Silvia es estudiante del doctorado en Latin American, Iberian and Latino Cultures en The Graduate Center (CUNY). Cursó el certificado en Interactive Technology and Pedagogy en la misma institución. Tiene una Maestría en Lingüística y un Bachillerato en Filología Española, ambos por la Universidad de Costa Rica. También se dedica a la narrativa visual y la ilustración.