Sesión 19. Leyendo a Mercedes Bengoecha en diálogo con Lucía Niklison

Conocer a personas nuevas. Natalia Gómez es de Colombia, vive en Nueva York, la invitó Diana. Es profesora de español y trabaja con literatura latinoamericana. Camila Cortés vive en Colombia y enseña español e inglés. Trabaja con lenguas extranjeras. Trabajó el tema de contenido de género en textos de lengua extranjera. Habla de la importancia del tema en la educación actual.

Victoria nos cuenta sobre un artículo recién publicado por ella y su colega Germán Canale. Trata sobre el tema de género en enseñanza de inglés como lengua extranjera; seguirán trabajando el tema para educación secundaria.

Para esta sesión terminamos el libro de Lengua y género, de Mercedes Bengoechea, leyendo el capítulo 3, que habla sobre análisis del discurso. Además, leímos “Una mujer y una puta”: análisis narratológico de un relato de Georgina Orellano, un artículo de nuestra compañera Lucía Niklison. En esta sesión proponemos partir del trabajo de Lucía como un ejemplo concreto de análisis del discurso en temas de lenguaje, género y sexualidad.

Presentación de Lucía. Lucía comparte su presentación. Nos comenta que este trabajo es parte de su tesis de maestría y posiblemente de doctorado. Se trata de una discusión polémica y polarizada entre la postura hegemónica del abolicionismo del trabajo sexual y quienes luchan por la legalización del trabajo sexual, como la Asociación de Meretrices de Argentina  (AMMAR). El trabajo se llama “Una mujer y una puta” y trata, específicamente, sobre Georgina Orellano (presidente AMMAR Buenos Aires).

AMMAR es el sindicato de trabajadoras de Argentina. Está vinculada a la CTA, que incluye a trabajadores que no eran considerados vinculables a otros sindicatos. AMMAR tiene filial en 10 provincias. Lucía trabaja con la filial de Buenos Aires. 

Para empezar, Lucía nos comenta sobre el marco teórico desde el que analiza la narración de Georgina Orellana. En el caso del trabajo que leímos, el análisis se centra particularmente en una publicación de la activista en una revista digital feminista. En su artículo, Orellana narra su experiencia con una persona con síndrome de Down.

Diapositivas de Lucía y público

El corpus con el que trabaja Lucía se contextualiza en Buenos Aires. La discusión tiene muchísimos antecedentes. Nos comenta sobre una publicación de Johanna Berkins sobre la mesa de diálogo de 2006 en la que se buscó diseñar políticas públicas en el tema de la prostitución. 

Según Lucía, tanto el ministerio de la mujer como el feminismo más visible e institucionalizado se están acercando al nuevo abolicionismo (aunque no se especifique abiertamente), quasi-prohibicionista. Esta perspectiva empuja a las trabajadoras sexuales a más clandestinidad y más vulnerabilidad. La polémica se profundiza por la mayor criminalización de la prostitución, que incluye la criminalización de lxs clientxs.

Un aspecto muy particular que comenta Lucía es el silenciamiento que se busca dar a Orellana. Cada vez que es invitada a eventos o espacios públicos a hablar se hacen cartas colectivas pidiéndole que no hable. 

Nos comenta el lugar desde el que se ha escrito sobre la prostitución y trata. Comenta un libro de Walkowitz, producido hace siglo y medio. En las narrativas se habla más de la trata; además, se presenta más información que busca caracterizar la prostitución desde una retórica de saturación y asco. Nos comenta de ejemplos sobre el relato hegemónico sobre la trata, y la manera en que se distorsionan las historias de las personas. Lo importante desde la perspectiva de análisis de Lucía es cómo la narrativa de personas que comercializan el sexo desde las condiciones capitalistas en las que vivimos y por decisión propia se queda por fuera de lo decible, o de lo que hay derecho a narrar. 

Por esto, Georgina Orellana (y las mujeres que quieren narrar sus experiencias) deben construir unas condiciones para la narratibilidad de lo que desean decir. Este es el caso de la narración que analiza Niklison. Este relato es un elemento del corpus dentro de la tesis de Lucía, ella está trabajando con el tema de narrativas sobre trabajo sexual desde el primer #niunamenos (2015) hasta el momento en que empezó la pandemia de Covid19.

Lucía nos comenta cómo llegó a este tema. Ella leía a Stoya, una estrella porno estadounidense que fue violada por su pareja. El argumento de los abogados fue que “no se puede violar a una puta” diciendo que “a lo sumo fue un robo de servicios” y esto le generó intererés en el tema, y se preguntó por cómo acercarse a él. Nos comenta sobre un libro, luego investigó sobre AMMAR, conoció sobre Georgina e hizo contacto con ella y Maria Riot. Fue en 2017 cuando le comunicó a su directora de tesis, Elvira de Arnoux, que cambiaría a este tema.

Cada vez que va a un congreso le da miedo que la traten de proxeneta. La han hostigado en facebook y lo ha tenido que cambiar. A pesar de esa posibilidad, en los congresos ha tenido más bien muchos encuentros con gente que aporta en la misma línea que ella. Entre estas personas nos comenta sobre una antropóloga que trabaja con AMMAR desde hace unos 12 años. 

Ha llegado a dos dilemas. Uno sobre análisis del discurso, para ella se hace sobre “discurso muerto”, para referirse a que se trabaja con textos que ya están publicados desde hace mucho tiempo. Esto le llevó a entender que la glotopolítica debía tener etnografía y trabajo de campo. Se fue poco a poco haciendo más parte de AMMAR; por eso su proyecto de doctorado estará más cerca de la antropología, para trabajar con sujetos vivos que están cambiando de opinión y construyendo. La segunda conclusión es si realmente existe la academia neutra, para Lucía no, hay que tomar postura. Para ella, lo correcto es militar con AMMAR y explicitarlo. Milita en aliados de AMMAR que se llama Fuerza. 

Victoria concuerda en el chat diciendo: “Pienso lo mismo que vos sobre la necesidad de analizar “lo vivo” y de hacer etnografía. Es un gran desafío, pero si nos quedamos con los discursos más institucionalizados nos perdemos buena parte de lo político”.

Paula pregunta sobre el análisis del discurso: más que discurso muerto, lo que se pregunta es por la contradicción monológica, de aplicar nociones de manera universal y se trabaja de manera monológica sobre textos escritos y sin poner en diálogo voces de discursos dominantes y alternativos. Para Paula aquí es donde hay un problema. Pregunta: ¿cómo se co-construye el conocimiento cuando se trabaja con voces de personas? Nos recomienda leer a Catalina Trebisacce. También habla de epistemología feminista y nos recomienda a Cruz Conteras. En esta línea pregunta le pregunta a Lucía por el tema del deseo y lo decible: ¿en qué sentido piensa sobre lo decible y la voz? Nos parece interesante cómo derribar lo monológico y abrir formas de trabajar. Lucía dice que con “lo decible” está relacionado con lo que se supone que puede ser escuchado, lo que puede ser escuchado como tal. Lo otro que retoma Lucía es la paradoja del espectador, darse cuenta de cómo ella estaba también dando voz a abolicionistas. 

Victoria comenta que está de acuerdo con las preocupaciones que plantea Lucía. Le parece que incluso el ACD y la glotopolítica, si bien comparten sus compromisos y tienen posicionamientos, tienen mucho análisis sobre lo que pasa, pero se vinculan menos con qué es lo que hace la gente para resistir. Para Lucía es muy interesante cómo se construye la voz colectiva. Para Victoria, es interesante cómo los sentidos colectivos se van creando de distintas formas sin portavoz. Para Victoria es un desafío para los marcos teóricos y disciplinares sobre cómo acercarse a las otras cosas que son del presente. 

Para Victoria, es interesante el desafío del discurso en el campo con los procesos colectivos y el tiempo que implica. Para Victoria, el trabajo de Lucía es interesante no solo por el tema sino también la importancia de la discusión en la academia y estos temas. 

Para Ernesto el trabajo es muy importante por esta relación entre ser portavoz y tener agencia política; conecta el trabajo que hace Lucía con su propio proyecto doctoral. Le pregunta a Lucía si existe brecha entre las posiciones personales y el discurso público que construye. Lucía comenta que sí, que hay diferencias entre el discurso público de AMMAR y los discursos individuales. Dice por ejemplo que se habla de la prostitución como un acto violento, pero por la manera en que resulta interseccional. Nos habla de cómo las narrativas de AMMAR dan voz a estas mujeres que ejercen la prostitución y se reinvindican como mujeres con una gran cantidad de elementos interseccionales que las vulnerabilizan. Nos da una serie de ejemplos de la complejísima realidad y tensiones que coexisten. 

Victoria le recomienda a Lucía (en caso de que pueda servirle) “la distinción entre discurso dominante, de oposición y contrahegemónico de Alejandro Raiter. Porque abre esta tercera posibilidad para incluir el análisis de discursos que no solo se oponen en sus contenidos al dominante, sino que se salen del discurso dominante como marco de referencia. Él utiliza esto para el discurso zapatista, por ejemplo. Silvia comenta que también puede ser interesante el concepto de “toma de la palabra” de Guespin y Marcellesi. Paula pregunta si la estructura del relato podría servir para dar lugar a que sea más aceptada.

Sobre el capítulo de Bengoechea. Para cerrar, le preguntamos a Lucía la relación de su trabajo con el capítulo. Lucía plantea que hay un problema epistemológico en el texto de Mercedes. Le llama cuestiones estilísticas a formaciones discursivas. Le da lío que Mercedes no mencione a autorxs de AD. Para Lucía, fue muy interesante el tema de los guiones narrativos en el capítulo. Desde su percepción, es fuerte la perspectiva anti-prostitución de Bengoechea, que debería aclararse abiertamente. Para ella esa explicitación sería necesaria, pues la misma Bengoechea aboga por explicitar los posicionamientos. 

Le parece que hay una cuestión que preguntarnos sobre la manera en que cita a Laura Freixas. Para ella es preocupante que incluya a una persona que ha demostrado una perspectiva transfóbica y esto la hace dialogar con el resto del libro. En particular, ella dice que no utilizaría el material. 

Para Ernesto es interesante la amplitud del capítulo, por ejemplo en el tema de análisis del corpus. Para él es curioso dónde ubicar un trabajo de Lucía dentro de qué paradigma. Ella no se ubicaría. 

Sobre el análisis del discurso, hablamos de la importancia de retomar algunas perspectivas. Mencionamos a Hymes; traemos a colación el tema de cómo siempre nos surgirían preguntas por diferentes motivos. Particularmente nos preguntamos cómo acercarnos a las figuras problemáticas de autorxs. Hymes, por ejemplo, acosó sexualmente a estudiantes según cuentan Monica Heller y Bonnie McElhinny, autoras de Language, Capitalism, Colonialism. Para Lucía se puede separar la obra de quien la hizo en cuanto a su vida privada. La diferencia entre Hymes y Freixas es que la última autora produce teoría es transfóbica. Para ella ese es el criterio para separar la teoría de la teoría, y dejar fuera otros aspectos. 

A modo de cierre, mencionamos algunas autoras que realizan ACD feminista: Michelle Lazar (Singapur), Ruth Wodak (Austria), Carmen Caldas-Coulthard (anglo-brasileña), Luisa Martín Rojo y Dolores Sánchez (España). Nos quedamos con ganas de seguir comentando el capítulo con más detalle, pero se ha hecho corto el tiempo en la sesión.

Presentes. Lucía Niklison. Lara Damasceno. Camila Cortés. Paula Salerno. Natalia Villarroel Torres. Sebastián Díaz Martínez. Mariana Favila. Alita Steinberg. Cecilia Manzione. Diana Higuera. Elena Ponte. Féliz González. Lara Boyero. Marialís Esquivel. Natalia Gómez. Sofía de Mauro. Sylvia Falchuk. Victoria Furtado. Érika.

Después de cerrar la sesión seguimos conversando vía Slack. Lucía nos respondió algunas otras preguntas. Compartimos acá sus respuestas por la importancia para el tema. 

captura de pantalla Slack sesión 19

Cuéntanos sobre tu trabajo acerca de María Riot, “Mi empresa son las redes sociales y la oficina el telo”: María Riot y la constitución de valor económico en la prostitución mediada por Facebook.

Mi trabajo sobre María Riot no sé si es lo mejor que he hecho pero era para un seminario de discurso económico y trabajé sobre las formas autogestivas de realizar porno y llegué a la conclusión, a través del análisis del perfil laboral-militante de María Riot en redes, de que el porno no puede ser analizado solo en la semiosis de su materia discursiva sino también en sus condiciones de producción. Hasta ahí es una condición bastante obvia PERO desde siempre que los actores y actrices porno han tenido que hacer un marketing de su ethos para que su material sea vendible. Los tiempos que corren mueven ese marketing al mundo de las redes sociales y ahí me parece que sucede algo muy interesante: se produce discurso que funciona como condición de posibilidad de la producción de porno, porque para q sea vendible la estrella tiene que ser deseable. Entonces mi propuesta final es que una crítica feminista al porno contemporáneo no puede ignorar los procesos de producción del ethos de la estrella porno en contextos que no son el porno en sí mismo, como las redes. Que en el caso de María (Florencia), son una mezcla de sensualidad, visibilidad lésbica y militancia pro ts en partes iguales.

Mi trabajo sobre María Riot, está acá entero. Mesa 10, hay que hacer click sobre el título. 

¿Cómo te posicionás como investigadora y qué retos tiene acercarte a este tema en particular? ¿Qué aspectos ético-políticos resaltarías de tu lugar como analista del discurso?

Cómo me posiciono como investigadora: Gayle Rubianana hasta la muerte. No me interesa si el trabajo sexual es o no es trabajo porque el concepto trabajo no existe en el mundo de las ideas sino que toma forma en las diferentes formaciones discursivas que lo enuncian. AMMAR es un sindicato peronista, trabajo significa acceso a derechos conseguibles a través de la lucha sindical. Aunque hacen una crítica marxista: ningún trabajo dignifica, lo que dignifica es la lucha sindical. Creo que la semiotización de la experiencia individual es un derecho humano y cada persona que ejerce el comercio sexual está en su derecho de interpretar su propia experiencia como le dé la gana- pero no creo que puedan ni deban diseñarse políticas públicas en base a la mera autopercepción de los sujetos que ejercen la prostitución, sino en base a los estudios de los efectos de las políticas públicas que ya funcionan y las problemáticas concretas que surgen de las diversas forma de ejercicio de la prostitución. En conclusión, si una prostituta siente que está haciéndolo porque el contexto no le deja otra y se siente violentada, yo quiero que cuente su historia, pero no que en base a eso implementen políticas públicas que condenan a la clandestinidad y muchas veces a la cárcel (es primera causal de prisión femenina en Arg.) a otras prostitutas.
Recomiendo profundamente leer a
https://uba.academia.edu/ceciliavarela
https://fyl.academia.edu/DeborahDaich
https://independent.academia.edu/TarantinoMarisa
https://independent.academia.edu/AgustinaSkulj

En la página 38 del texto se habla de que Georgina Orellano en cierta manera busca dar voz a todas las trabajadoras sexuales. Nos gustaría que nos ayudés a contextualizar esta complejidad de las trabajadoras sexuales que se dedican a la prostitución por cuenta propia vs el tema de la trata (que se menciona también al final del artículo). También si pudieras ampliar las perspectivas ético-políticas de agrupaciones como AMMAR con respecto a la trata nos ayudarías mucho a entender más el contexto. 

Con respecto a la trata, el trabajo sexual no es trata. Es importante tener en claro lo que dice nuestra ley vigente sobre trata (que básicamente cualquier ocasión en que alguien perciba usufructo del trabajo sexual ajeno, haya o no consentimiento, hay trata, y esto puede incluir y ha incluido desde propietarios que le alquilan a unx TS hasta telefonistas de burdeles o personal de limpieza). La trata en el sentido mitificado del secuestro, las cadenas, el arma en la cabeza, al menos en Argentina, casi no existe. Pero existe la trata como existe la trata laboral en los talleres clandestinos, lo conocido como «cama caliente». Situaciones en las que las condiciones de vida de migrantes internxs y externxs y la dificultad del acceso a la vivienda y a un trabajo en el mercado formal llevan a un trabajo en relación de dependencia con extrema vulnerabilidad, abusos y violencia. AMMAR y yo (? pensamos tres cosas de esto:
a-Equiparar toda forma de trabajo sexual con trata no ayuda a solucionar esto porque se terminan persiguiendo situaciones que no son trata y destinando recursos no solo a solucionar lo que no es un problema (dos amigas trabajando juntas, recomiendo la película Alanis de Anahí Berneri) sino que además terminan criminalizando gente que no ejerció violencia alguna por un preconcepto de que el trabajo sexual siempre es trata porque hace 50 años Catharine McKinnon desde su posición de blanca académica que nunca necesitó prostituirse dijo que «nadie consiente a su propia explotación». Como dato de color, la ley de trata vigente en Arg. es una copia textual de un proyecto presentado por el partido socialista en 1917, 30 años antes de que las mujeres siquiera votaran.
b-Echarle leña al aparato punitivo nunca soluciona nada porque la justicia suele fallar en detrimento de las minorías más vulnerables y mejor ni hablar de la policía. Recomiendo «Una vida normal» de Dean Spade al respecto. Es sobre derechos trans pero trabaja muy bien este problema. Con respecto al trabajo sexual en particular, la policía y los jueces son los mayores tratantes así que no, no veo de qué manera darles poder punitivo soluciona (y no empeora) el problema. En Nueva Zelanda la prostitución está incorporada a los convenios generales de trabajo. Los abusos laborales son tratados en la justicia laboral, los abusos que ameriten asistir a la justicia penal (violaciones, privaciones de la libertad) ya tienen suficientes leyes para ser penados en cualquier país del mundo sin hacer una ley particular al respecto.
c-La única y verdadera solución al hecho de que las mujeres solo puedan «elegir» la prostitución dentro de un marco super reducido de opciones es orientar las políticas públicas hacia la solución de la feminización de la pobreza, las dificultades en el acceso a la vivienda y las condiciones de vida de les migrandes.

Nos gustaría si pudieras profundizar en el ámbito de “lo decible” como categoría de análisis. ¿Cómo te acercás a este término como investigadora?

Sobre lo decible, hubo un diálogo con Paula que me llevará a repensarlo y quizás quitar ese concepto de la tesis y reemplazarlo por otro. No sé. Me refiero a que no solo no es el discurso hegemónico, ni siquiera es hegemónico en el movimiento contrahegemónico que es el feminismo. Y no es solo que no es hegemónico, es que hay una pulseada constante para lograr la desaparición del discurso pro TS. La historia de una prostituta que desea, dentro de sus opciones limitadas como mujer pobre y racializada con un hijo con padre ausente, ejercer la prostitución, no entra dentro de los «guiones», o marcos de inteligibilidad aceptables en las narrativas sobre la trata. Tiene un público, sí, pero muy acotado, y muchísima resistencia y mecanismos explícitos de censura. Es dentro de este marco que creo que nadie en AMMAR puede abrir la boca sin primero tener que legitimar su derecho a hablar.

Autorxs

fotografía Silvia Rivera Alfaro
Perfil | Publicaciones

Silvia es estudiante del doctorado en Latin American, Iberian and Latino Cultures en The Graduate Center (CUNY). Cursó el certificado en Interactive Technology and Pedagogy en la misma institución. Tiene una Maestría en Lingüística y un Bachillerato en Filología Española, ambos por la Universidad de Costa Rica. También se dedica a la narrativa visual y la ilustración.

1 comentario en «Sesión 19. Leyendo a Mercedes Bengoecha en diálogo con Lucía Niklison»

  1. Una pequeña aclaración, la agrupación de aliadxs de AMMAR nos llamamos FUERTSA. ¡Hermosa publicación y gracias por el espacio!

Los comentarios están cerrados.