Invitada: Susana Martínez. Asistentes: Silvia Rivera Alfaro, Verónica Vieras, Claudia Olguín, Denisse Gómez-Retana, Victoria Furtado, Natalia Villarroel
Comenzamos con las presentaciones para dar paso a una breve exposición del trabajo de Susana sobre su artículo “En feminista plural/feminist plural. Deconstruir las tiranías del monolingüismo desde la pluridiversidad”. Susana nos cuenta que se identifica con las siguientes lenguas: el valenciano, el italiano y el inglés. El valenciano lo define como su lengua materna, su lengua familiar y vinculada a su madre, por ejemplo. Mientras que el inglés se considera la lengua que le permitió trabajar.
Antes de comenzar, Susana comienza haciendo un pequeño homenaje al pueblo palestino desde una perspectiva léxica, comentando palabras como nakba o intifada. Las palabras cobran significado cuando las politizamos, según Susana.
El trabajo de Susana es, según ella, desde una nueva relectura, como un alegato feminista. Como una forma también de crear redes. El lenguaje es claro en dejarnos imaginar otros mundos posibles, y desde esa perspectiva ella plantea una visión feminista de su trabajo y del mismo lenguaje. Asimismo, Susana plantea que para entrar en “esos mundos otros” se debe acceder o poner atención a ciertas formas de lenguaje no hegemónicas, quizá; así como también, pensar las lenguas desde una perspectiva diferente de la unidireccional.
¿Cómo sabemos lo que sabemos? ¿Qué se considera saber? ¿Qué se considera conocimiento? ¿Cómo articulamos esas formas de pensamientos desde el lenguaje? Son algunas de las preguntas que Susana nos presenta para pensar desde una perspectiva feminista las formas en que conceptualizamos el lenguaje ¿Qué es la teoría? ¿Quién la hace? ¿Quién puede decir y quién no? Quizá la teoría se está construyendo a través de otras formas o vínculos que practicamos paralelamente al quehacer académico.
Susana vuelve a la gramática para dar cuenta de una regla que ordena nuestras formas de comunicarnos. ¿Qué pasa con lo no escrito, con lo no traducible o no decodificable? Hay unas ciertas formas de lenguaje que también son modos de resistencia, y al decir eso cita a Audre Lorde y a bell hooks. A través de esa perspectiva ella plantea que existen tiranías en el lenguaje, como la teoría del monolingüismo que plantea en su artículo. Susana habla de la idea de la corrección (¿qué es lo correcto?) e invita a pensar sobre quienes construyen estos discursos sobre “lo correcto” y “lo incorrecto”. La idea de lo qué está bien y lo qué está mal, lingüísticamente hablando, Susana lo relaciona directamente con los cuerpos o sujetos que hablan las lenguas. Lo incorrecto, plantea, tiene que ver con unos ciertos cuerpos o identidades que no son hegemónicas.
Denisse (muy emocionada) pregunta sobre el artículo a Susana, pregunta: ¿Cómo te sentiste o cómo te has sentido al escribir este tipo de textos? y ¿cuál es el contexto en el que se va a publicar? Al mismo tiempo, Denisse expresa su opinión e inquietud sobre las formas de escritura que no son académicas, para lo que vuelve a una experiencia personal sobre lo difícil que le resulta escribir para personas “no académicas”. A eso, Susana responde que su forma de escritura es parte de su experiencia y nos cuenta que ella fue parte de esa vida productivista académica, pero que ya luego, con el feminismo muy presente y su acercamiento a esa perspectiva, hizo que cambiara su forma de escribir y de producir. Lo que, por supuesto, es algo que está en constante lucha en ella misma. También plantea que su voz más auténtica es en español, la cual concibe como un espacio más seguro y cómodo que no ha encontrado en inglés. Además, ella plantea que el artículo que nos presentó primero fueron ideas que conversó para poder desarrollar una escritura sencilla.
Paula comenta que para ella están muy definidos los estilos y los espacios en que puede darse “ciertas licencias” para escribir más libremente y en los que debe ajustarse más a lo académico, y en seguida le pregunta cómo fue el trabajo de este tipo de escritura con sus editoras. Susana plantea que es un proceso en el que se debe, sí o sí, “desaprender”, sobre todo si tiene una experiencia académica de años. Así que ella opta por “mini estrategias” de negociación con los editores, las que, además, son diferentes en el caso de escribir en español y en inglés. Además, se refiere a las formas de diversificar las formas de escritura.
Silvia plantea la idea de que también es importante buscar espacios para poder hacer “nacer esa voz” de cada una, así como también, plantea que algunas comunidades traen al texto “los errores” como formas de resistencia. Luego, Verónica plantea esta idea de “hacer feminismo académico”, como una cosa que muchas veces llevamos algo escondido, y que debemos luchar constantemente con nuestro propio quehacer. Ante esto, Susana plantea que la tarea de hacer conocimiento desde una forma diferente a la académica es difícil, porque hay que cubrir diferentes fuentes, el contenido, la forma de escritura, entre otras.
Vicky plantea la pregunta sobre cómo podemos llevar lo que hacemos en la academia a otros lugares, cómo llevar estas “malas lenguas”. Ella plantea que le es complicado hacer esta escritura académica, así como también la tarea de escribir para conectar con otros públicos. Ambas tareas para Vicky son desafiantes y las conecta con las luchas actuales, y también, con saberes que ella ha recibido desde otras personas que se dedican a otras áreas de conocimiento. Asimismo, Vicky agrega que estos “contralenguajes” o “malas lenguas” nos pueden servir no solo como formas de resistencia, sino también para mantener espacios de autonomía. Es decir, pensar la autonomía además de la resistencia.
Frente a eso último, Susana plantea que le gusta la idea de la autonomía y lo refrasea como “autonomía lingüística”, y plantea la idea de la tendencia hacia la monopolización del lenguaje, e invita a resistirlo. Sobre lo mismo cita un último artículo de Judith Butler en el New York Times, como un ejemplo de lenguaje académico sencillo.
Denisse plantea que mientras leía el artículo de Susana ella pensaba: ¿Tú tienes en mente a la lectora del texto mientras escribes? ¿Piensas en a quién va dirigido? A esto, Susana responde que escribe no pensando en la transparencia, sino en la sencillez.
Natalia comenta sobre los modelos y nuestra búsqueda de modelos. Habla de que existe una pedagogía cruel de la escritura. Pone el ejemplo de una profesora que decía “esto no eres tú” para decirle que debía apostar a un estilo de escritura específico, un modelo específico.
Ante una pregunta de Villarroel sobre los espacios de escritura que nos permitan expresar nuestro deseo en la escritura, Susana responde que los espacios que le han dado más espacio y licencia son los journales de productos culturales. Sin embargo, también señala que tal vez y para ella los textos que le abonarán al tenure track son textos que se escriben de manera más fácil o rápida, pues se siguen modelos.
Vicky pregunta si le ha resultado difícil a Susana llevar la teoría o movilizarla para el análisis de lo que ocurre a nuestro alrededor, en el sentido de temas que nos hagan pensar o no hagan sentir. A esto, Susana responde que la teoría le ayuda mucho a entender cosas que pasan a su alrededor. Ejemplifica con la idea de “la escucha” en relación con la teoría de la comunicación. Las herramientas teóricas y el contacto con otras le ha permitido, por ejemplo, centrarse no solo en el habla o el hablante, sino quienes escuchan, lo que le ha permitido escuchar otras voces.
Denisse pregunta ¿En realidad queremos que la academia adopte o entre en esos espacios (refiriéndose a los espacios feministas o espacios de resistencia)? ¿Cuándo deberíamos crear esos puentes entre la academia y esos espacios? Susana plantea que a ella le gustaría ser parte de esos espacios, de modo que a ella le interesa más “redefinir” los espacios académicos, en lugar de crear otros nuevos. Sobre esto, Vicky agrega el tema de la “visibilidad” en la academia, lo cual propone como un problema e invita a pensar ¿Qué significa la visibilidad de la academia para nosotras?
Pau dice que estaba pensado en “la escucha” y que somos personas escuchadas o silenciadas dependiendo del espacio en el que estemos. Se refiere, también, a la idea de la “incorrección” como forma de resistencia, a quiénes leemos, cómo evaluamos, etc. Propone pensar la escucha como una forma de resistencia. Susana dice que la escucha es planteada como feminista y cita a Sarah Ahmed.
Susana interviene para hablar del repositorio del Lingüística Feminista y señala como le encanta la idea de tener a disposición la información. Esto lo vincula con los proyectos de open access, como será su libro. Señala que será su primera publicación en open access y señala que es fundamental este tipo de espacios. Destaca que en otras áreas del mundo, por ejemplo, Argentina o España, son más comunes, pero en Estados Unidos es muy difícil.
Claudia Holguín interviene para señalar que le encantó el texto, le parece muy potente e inspirador. Aprovecha para contar una anécdota de sus clases: señala que, en doctorado, a diferencia de licenciatura, sus estudiantes conectan menos con las actividades de tipo creativo y esto lo conecta con una internalización de una norma académica que les va apagando.
La sesión termina con agradecimientos a Susana por haber compartido con nosotras sus pensamientos y luchas académicas y feministas.
Autorxs
Natalia Villarroel Torres (ella/she/her) es estudiante de doctorado en el Programa Latin American, Iberian, and Latino Cultures en la City University of New York (CUNY). Obtuvo su licenciatura en Lengua y Literatura Hispánica y su Máster en Lingüística en la Universidad de Chile entre 2011 y 2018. En 2019 Natalia completó un certificado en Educación Superior y Didáctica en la Universidad Central de Chile, mismo lugar en el que impartió cursos relacionados con educación, lenguaje y alfabetización desde enfoques sociolingüísticos.