Sesión 6. La política de la incomodidad, el lenguaje inclusivo y la RAE con José del Valle

Nuevas herramientas. Empezamos comentando sobre nuevas herramientas que estamos probando. Particularmente Silvia comunica que hemos creado un slack y que tanto ahí como en el google doc colectivo se pueden anotar preguntas o temas de interés para esta sesión. 

Además, comentamos sobre los espacios de difusión del círculo de lingüística feminista: nuestra página web y la página de Facebook. Hacemos una invitación para que todxs lxs compañerxs se apropien del espacio que estamos co-creando. José del Valle nos hace una invitación a escribir sobre la experiencia de este espacio para AGlo digital. 

La política de la incomodidad / Lo político del lenguaje y los límites de la política lingüística panhispánica. Para esta sesión leímos dos textos de José del Valle que se relacionan directamente con el tema de la institucionalidad del lenguaje y las diferentes instituciones que son parte de las discusiones en torno al lenguaje inclusivo. 

Ernesto nos presenta a José desde su experiencia personal como estudiante de The Graduate Center. Hace énfasis en la sensibilidad de José con respecto a temas de género y diversidad sexual a pesar de no pertenecer a la comunidad LGTBI. Nos reímos.

Para iniciar la discusión le pide a que nos cuente sobre la génesis de estos textos. José nos habla de la influencia de su hermana María en su vida. Ella -15 años mayor- ha sido una militante feminista comprometida que influenció la identidad política de José desde su infancia.

José viene de una familia militante en temas sindicales, pero es específicamente la visión feminista de su hermana y las experiencias que le posibilitó las que le llevan a sentipensar en la línea que proponen estos dos textos. Gracias al feminismo de María, fue capaz de observar el desprecio por la mujer en el Partido Comunista (PC), en el cual participaba en la juventud y en la organización barrial; entender ese desprecio le hizo alejarse de la organización.

También, con su hermana conoció a personas muy influyentes en su vida. Dos de estas son una pareja gay, Raúl y Héctor, que le abrió la mirada a formas alternativas de masculinidad y que le hicieron ver las tensiones con respecto a la masculinidad hegemónica. José señala que esto ha marcado su biografía hasta el presente, pero que claramente sabe que hay muchos aspectos que como hombre debe seguir trabajando.

De Lo político del lenguaje y los límites de la política lingüística panhispánica, nos cuenta que «ahí está el inicio de todos los congresos de glotopolítica». Había estado leyendo recientemente a Chantal Mouffe sobre la política y lo político, lo cual marcaría el camino del artículo. La escritura coincidió con la relativamente reciente aparición del Informe de Bosque contra el lenguaje inclusivo, que materializaba lo que se discutía en el artículo.La política de la incomodidad es más reciente, «surge de la necesidad de decir algo y no reprimirse por hombre-blanco-heterosexual» -nos dice José. Originalmente se publicó en AGlo digital, y es uno de los textos más visitados del sitio. Luego, apareció como editorial del segundo número del Anuario de Glotopolítica (donde también se publicó «Lingüística feminista y apuesta glotopolítica», lectura de nuestra primera sesión).

La incomodidad señala una cuestión en los cuerpos. Con ella, José trató de elaborar clara y concisamente la teorización del lenguaje y el cuerpo. Para él, lo que está en juego es traspasar una incomodidad que hemos cargado las mujeres y señalar la necesidad de que los hombres también la carguen. «No hay inclusión de las periferias sin cambio en el centro», dice, con la idea de que quienes están en el centro no cuestionan su identidad propia por ubicarse en la comodidad.

Para continuar con la conversación, Silvia retoma algunos temas de las sesiones anteriores para dar cuenta de cómo se entrelaza la producción de José con las anteriores. Por un lado, nos lleva al posicionamiento político de la Real Academia Española (RAE), cuya postura se evidencia en ideologemas como los de Bosque y Company, discutidos con Lidia Becker en nuestra tercera sesión. Por otro lado, nos hace retomar el feminismo y su institucionalización que atravesaron nuestra cuarta y quinta sesión.

Precisamente el texto de José presenta a la RAE presentada desde lo político, como un actor institucional. Y en esa línea, al acercarse al informe de Bosque, la pregunta sobre pasa los posibles prescriptivismos de las guías de lenguaje inclusivo de género o de la RAE. La pregunta se mueve hacia el paratexto (la lista de las obras citadas) con la pregunta de quiénes eran lxs autorxs de los manuales.

Desde esa mirada, se observa que lxs autorxs de las guías son instituciones que se están pronunciando o operando al margen de la Política Lingüística Panhispánica: son autorxs con un rol glotopolítico importante, porque su presencia implica que existía la «musculatura» para crear textos normativos y hacerlos imponer en las instituciones. En otras palabras, nos dice José, el argumento del texto es que la Academia se sale de su discurso conceptualista para articular a las instancias que producen las guías como un «enemigo»; «ellos [la RAE, en masculino hegemónico] sienten -de ahí el tema del cuerpo- que ganarán la batalla pública».

Esto se traduce en la pregunta sobre a qué tensiones glotopolíticas responde la defensa de la norma A frente a la norma B, sin la necesidad de entrar a los detalles de las normas propuestas. Lo político debe tener efecto en lo cotidiano, el cual es -según nos dice José- uno de los axiomas centrales de la glotopolítica, como principio ético-ideológico.

En esta línea, Silvia pregunta sobre las instituciones que participan en esta tensión glotopolítica. José señala que la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) como dispositivo académico sirven para el posicionamiento de España y ciertas élites políticas latinoamericanas por un lado, la RAE va adaptándose a la formación glotopolítica y, por otro, las élites intelectuales latinoamericanas han tomado la decisión de mantener la formación del dispositivo neocolonial.

Para José, «no hay un afuera: participar de las actividades de la Academia (RAE/ASALE) es ser cómplice de esa lógica». No obstante -señala-, siempre hay tensiones. Esto lo dice precisamente en respuesta a una pregunta de Silvia sobre la existencia de posibles distintos posicionamientos sobre el tema de lengua y género dentro de la organización.

Nos dice que Ariana Valdez, la actual directora de la Academia Chilena de la Lengua (ACHL), una historiadora un poco más progresista, pro-santiagueña -aclara-, es un ejemplo de dichas tensiones. «¿Es cómplice del proyecto neocolonial español? -se pregunta-, pero puede potencialmente presentar desafíos dentro de la propia institución».

Al analizar el cambio social en diferentes temporalidades, también vemos el cambio institucional en diferentes temporalidades. Chile quizá sea un posible ejemplo de la instrumentalización de la propia institucionalidad contra sí misma, aunque no podemos afirmarlo categóricamente, según problemátiza José.

Normatividad, el tema curioso de que haya otras posibles normatividades. La normatividad atraviesa diversas prácticas sociales. Lara opina que la «cirugía gramatical» no cambia la realidad, pero responde a los cambios. José asiente en que no hay que caer en el «fetiche gramatical».

Y una preocupación como lingüista feminista. Victoria señala que la manera en que hablamos de este tema públicamente como lingüistas feministas es difícil. Por ejemplo, ella tiene críticas al lenguaje inclusivo de género (LIG), pero muchas veces prefiere no hablarlas públicamente por lo contraproducente que puede resultar. A pesar de eso, es bueno que haya espacios de intimidad, como el círculo de lingüística feminista, en los que sí se puede conversar, señala.

Victoria habla de las diferencias entre las instituciones y las instituciones que habitamos con alegría. Sobre la normatividad, se pregunta si queremos que sea otra o si queremos que no haya, además de cuestionarse las implicaciones de esos deseos. El LIG aparece como norma alternativa, pero sigue siendo norma, por eso vale preguntarse si existe la opción de vivir sin norma.

Uniendo esta línea con los temas anteriores, Lidia señala que el cambio dentro de una institución como la RAE se ve, por ejemplo, si comparamos a Arturo Pérez Reverte con Inés Fernández-Ordoñez. Lidia, además, se pregunta por un posible problema al final del texto de José.

Desde su visión, el lenguaje y las prácticas sociales son inseparables; por eso, ella encuentra un peligro en el texto de José en el último párrafo (el cierre) que pareciera separar el cambio de «portavoza» y el cambio social. Para ella, como glotofeminista es igualmente importante el lenguaje, pues -de lo contrario- es peligroso caer en ideologemas como los de Bosque y Company.

José concuerda con Lidia en cuanto a la inseparabilidad del lenguaje y lo social, que es parte de la delicadeza del tema con el que trabajamos. Se trata de una delicadeza que se ve en la dificultad para proponer puntos intermedios en el espacio público, siguiendo en la línea que apuntaba Victoria.

La normatividad también se gestiona, dice José. En el círculo de lingüística feminista, ejemplos de dicha gestión es cómo se generan los turnos de palabra, cómo se construye la palabra, cómo se genera normatividad. Lo que sí se puede gestionar, en otras palabras, son formas más democráticas de gestionar la normatividad: como lo normativo puede ser parte de la lucha, lo gestionamos.

Verónica retoma el tema propuesto por Lidia sobre lo delicado de separar la lengua y lo social. Para Verónica, «a capa y espada desde la lingüística feminista debemos empezar a visibilizarnos como sujetos políticos, defender muchísimo la posibilidad de constituirnos como sujetos».

En esta misma línea, para Mayra la importancia del LIG en lo cotidiano es que implica la presencia del feminismo o temas feministas y sus reivindicaciones sin necesidad de mencionar los temas en cuestión. De hecho, del artículo de José que leímos para esta ocasión, podemos recuperar la importancia de la indicidad: el LIG señala los temas de género, nos relaciona con ellos. Lara añade que «a la gente se le va pegando» y pone de ejemplo a su padrastro que, sin ser particularmente feminista, ha ido adoptando el «todes».

Nicaela nos dice que se siente afortunada de estar participando en este diálogo. Para ella el debate es particular, pues nos dice que en Bolivia hay una generación muy interesada en el tema, que se ha discutido poco. Desmiente la idea, de un artículo de Sputnik, de que el debate sobre el LIG se había superado en su país con la creación del Estado plurinacional. Más bien, considera que existe un debate público importante; nos pone de ejemplo las respuestas en redes sociales que dicen que en lugar de LIG la gente debería aprender baile o hablar lenguas indígenas, como si se tratara de temas excluyentes.

Como puntos de la discusión y temas que nos gustaría profundizar, retomamos el papel del cuerpo en la relación social y con el lenguaje. Hemos visto la centralidad del cuerpo surgir en sesiones anteriores y sería de importancia seguir articulándolo. En la línea del cuerpo, Silvia propone guardar la «incomodidad» como posible categoría de análisis.

Para el cuerpo, José señala que sería interesante encontrar trabajos donde podamos aprender sobre «neuroglotopolítica«, o investigaciones que relacionen el cuerpo, el lenguaje y lo político. Se propone la búsqueda de trabajos surgidos desde la investigación multimodal y con respecto a la corporalización del lenguaje: ¿qué podemos leer con el cuerpo?

Mariana Málaga también señala el interés en continuar con el tema de la institucionalidad-normatividad: «¿cómo podemos instrumentalizar la institución para cambiarla desde adentro? ¿Dónde está la institucionalidad del lenguaje? Si no hay policía del lenguaje».

La institucionalidad del lenguaje está mucho más internalizada. Según José, se encuentra en el poder -al modo en que lo describe Foucault-, porque hemos internalizado esto. A modo de cierre, José recomienda para este tema leer a Alberto Medina.

Terminamos nuestra reunión recordando que tenemos nuevas herramientas y comentando que hemos abierto en Slack, un canal para empezar a conversar sobre el V Congreso de Glotopolítica, que tendrá lugar en Uruguay en el 2021.

Otras referencias. Durante la sesión se mencionaron otras referencias que pueden ser de interés para continuar con la discusión:

Presentes. Marta Cerón. Mariana Fávila. Ernesto Cuba. Lidia Becker. Cecilia Manzione. Victoria Furtado. Silvia Rivera Alfaro. Verónica Viera. Clara Lavallén. Mayra Alejandra Miranda Acosta. Artemiza. Lara Solórzano Damanesco. José del Valle. Nicaela León. Mariana Málaga Montoya. Melissa Navarro. 

Autorxs

Perfil | Publicaciones

Silvia es estudiante del doctorado en Latin American, Iberian and Latino Cultures en The Graduate Center (CUNY). Cursó el certificado en Interactive Technology and Pedagogy en la misma institución. Tiene una Maestría en Lingüística y un Bachillerato en Filología Española, ambos por la Universidad de Costa Rica. También se dedica a la narrativa visual y la ilustración.