Sesión 7. El lenguaje inclusivo como política lingüística institucional con Victoria Furtado y Silvia Rivera Alfaro

¡Comenzamos! Sentimos alegría porque en esta sesión hay mucha gente que participa por primera vez. Nos presentamos 🙂 

Para esta sesión leímos un texto sobre la planificación lingüística de lenguaje inclusivo de género con el caso de la Universidad de Costa Rica (UCR), de Silvia Rivera Alfaro, y otro sobre el lenguaje inclusivo como política de género en el Consejo de Intendentes de Uruguay, de Victoria Furtado. Aquí se pueden acceder algunas de nuestras notas sobre los textos.

Ernesto pregunta a Victoria cómo escribió su texto. Ella nos cuenta que fue de sus primeros acercamientos al tema, que formó parte de una investigación mayor. Hay una segunda parte no publicada con una análisis sobre las propuestas de la guía. Según Victoria, siendo de 2010, esta fue la primera guía local hecha / editada en Uruguay. Nos cuenta del proceso de su producción, que se dio por medio de la contratación de una filóloga por cooperación internacional española

La guía de intendentes de Uruguay fue la primera que se produjo localmente, nos cuenta Victoria.

Con respecto al lenguaje inclusivo, nos dice que esta de acuerdo con Silvia en darle su lugar al tema tal como ella señala en la conclusión de su trabajo. Habla de que en lingüística y sociolingüística se quedaba en una discusión quirúrgica que no incluía la agentividad del feminismo sobre la lengua. Por eso, el reto era si el tema se puede abarcar desde política y planificación lingüística. 

La intención de Victoria era hacer posible que se viera como una política lingüística. Y Ernesto dice que este es, precisamente, el mérito del texto de Victoria. Ella quería señalar ese vínculo entre política lingüística y política de género. Con la guía, a Victoria le interesaba la aparición de nuevos agentes glotopolíticos. 

Tal era el caso del consejo de Intendentes de Uruguay, que era extraño como agente en esta línea, pues las políticas que aprueba no son de gran impacto. Además, nos cuenta que en ese momento el movimiento feminista en Uruguay era muy diferente, que no estaba en las calles como ahora.

«la lingüística hispánica tiene el reto de construir el lenguaje inclusivo de género como un fenómeno lingüístico con una génesis social, utilizando una perspectiva empírica; por tanto, entenderlo como un objeto de investigación válido»

Bryan pregunta “¿se puede hablar de lenguaje inclusivo sin hablar de feminismo? En esta línea Victoria señala que sí, que es una diferencia que aparece en el trabajo de Silvia. Silvia explica la diferencia entre lenguaje inclusivo por distintos temas como edad, discapacidad y que, el de género, es uno más dentro de los posibles. 

Daria señala que le llama la atención que ambos trabajos se mantienen bastante en el binario hombres/mujeres en lugar de incluir más géneros. Silvia está muy de acuerdo con Daria: para ella esta autocrítica surgió cuando siguió trabajando el tema de la política lingüística junto a Eida Martínez Rocha en el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM, UCR). Nos cuenta cómo el tema de las diversas identidades sí apareció en la Universidad de Costa Rica por medio de algunas políticas de la rectoría. Es decir, que el tema de diversidad sexual sí se incluyó para la UCR, pero en trabajos posteriores, tal como se evidencia en esta otra publicación sobre el lenguaje inclusivo y las revistas científicas y en la tesis de maestría (en curso) de Montserrat Casasola. 

Victoria señala que en Uruguay las guías no se problematizan el tema de otras identidades solo hasta el 2015, que fue con el movimiento feminista que aparecen otras estrategias como la -e y la -x. Además, nos cuenta que el 8 de marzo en la proclama (sobre la cual leímos en nuestra cuarta sesión) se usa alternativamente la “a” y la “e”. 

Pasamos a una pregunta de Verónica sobre top-down y botton-up. Para esta pregunta Silvia propone hablar sobre el caso de la UCR, porque su trabajo estudió la política top-down, pero también hay un movimiento estudiantil feminista muy fuerte que sirven para ejemplificar el bottom-up. 

En este caso, Montserrat nos ayuda a contextualizar sobre el movimiento feminista estudiantil de la UCR, del cual es activista. Hablamos de cómo en la toma del edificio de Ciencias Sociales en 2019, que duró aproximadamente un mes. Durante el proceso, se hicieron pintas en las paredes y en las intervenciones se veían estrategias como -e, -x, -@ y también se tematizaban problemáticas como el acoso sexual.

Toma del edificio Ciencias Sociales UCR 2019. Foto: Montserrat Cassasola

 En esta conversación, gracias a una pregunta de Cecilia, surge el tema de “higiene verbal” y la instrumentalización de lo “políticamente correcto” -un tema que aparece mencionado en el texto de Silvia-. Victoria presenta caso del presidente uruguayo de izquierda que utilizaba siempre el lenguaje inclusivo, pero veto el aborto. Daria señala que el argumento de la “corrección política”. 

Lidia señala que las lecturas de este día se conectan muy bien con los temas que hemos venido discutiendo como comunidad. Para ella, por un lado, tenemos el tema de la institucionalidad que se ve en quienes crean las guías. Luego, tenemos la pregunta por qué tipo de norma queremos crear y si es posible, de algún modo, mejorar este tipo de “imposición”. Finalmente, le parece interesante cómo si se incluye la multimodalidad en el debate. 

También, señala Lidia que del texto de Victoria le interesa mucho rescatar la referencia a Graciela Barrios en el tema de instituciones. Particularmente, la idea de que las instituciones retoman temas de ‘minorías’ sin pensar mucho en ello, pero continúan con sus prácticas machistas. En esta línea, Silvia aporta que esta podría ser una manera para las élites hegemónicas de las instituciones seguir con sus prácticas patriarcales (en el caso del lenguaje inclusivo). 

Lidia resalta que la institucionalidad siempre es conflictiva. Al mismo tiempo, la institucionalización da prestigio a estos temas, como un paso bottom-up. ¿Qué hacemos con la institucionalidad? 

En esta línea, Victoria nos cuenta cómo al ser invitada a hablar del tema de lenguaje inclusivo en instituciones, la pregunta más frecuente es si es correcto o no utilizarlo. Silvia señala haber tenido la misma experiencia. 

Silvia comenta que es probable que por eso el nivel morfosintáctico sea el más común, al menos como se ve en su corpus de 18 guías universitarias de lenguaje inclusivo que ella analizó. Desde su perspectiva, el nivel morfosintáctico es quizá el intervenible: se convierte más fácilmente en norma, es decir es más fácil de mediar. En cambio, dice, el nivel discursivo requiere más reflexión y procesos educativos, requiere un proceso más profundo. 

Daniel Rodas habla de “la carga de la prueba”. Dice que en escritura -su área de investigación- se dan muchas cosas por sentado y no se cuestionan, pero cuando tiene que ver con lenguaje inclusivo de género solicitan la prueba de si es viable. 

Mariana Fávila aporta al tema diciendo que la literatura sobre decolonialidad nos podría ayudar a entender el tema y amplicar la discusión. Nos cuenta sobre una lectura que está haciendo actualmente en la cual se explica cómo el patriarcado fue impuesto con la colonización. La pregunta por decolonizarnos es de sumo interés para nosotres. 

De acuerdo con las inquietudes que surgieron en esta sesión, acordamos leer un capítulo de Verbal Hygiene, de Deborah Cameron, y un texto sobre «lo políticamente correcto», de Norman Fairclough. 

Presentes

Marcela Pereira. Mary. Ernesto Cuba. Daniel Rudas. Carolina Chaves. Cecilia Manzione. Clara Lavallén. Lidia Becker. María Marcela Mora. Michael Garzón. Paula Salerno. Bryan Montaña. Verónica Viera. Victoria Furtado. Monteserrat Casasola Romero. Daria. Mireia. Marta Cerón. Mariana Málaga. Nicaela León. Mariana Fávila. Silvia Rivera Alfaro

Autorxs

Perfil | Publicaciones

Silvia es estudiante del doctorado en Latin American, Iberian and Latino Cultures en The Graduate Center (CUNY). Cursó el certificado en Interactive Technology and Pedagogy en la misma institución. Tiene una Maestría en Lingüística y un Bachillerato en Filología Española, ambos por la Universidad de Costa Rica. También se dedica a la narrativa visual y la ilustración.