Sesión 41. Palabras que nos mueven: conversando con Rebeca Lane

Paula da la bienvenida y dice las reglas de oro del Círculo. 

  • Pedir que las intervenciones sean breves: el turno de habla es como una torta, un pedazo muy grande implica que otra gente se queda con pedazos más chiquitos.
  • Que hablen primero las personas que todavía no han hablado.
  • La “regla de oro”, no hablan dos hombres seguidos. 

Silvia presenta a Rebeca Lane, señala distintos elementos identitarios de la música, guatemalteca, activista, latinoamericana, anarquista, y subraya su participación en movimientos de mujeres de rap, como Somos guerreras. Luego introduce las canciones que hemos escuchado para esta sesión: Mujer Lunar, Tzk’at, Natura, Flores Rojas, Ni Una Menos, Este cuerpo es mío , Yo te elegí, y Nos queremos vivas, disponibles en esta lista de YouTube.

Abrimos el espacio para hacerle preguntas a Rebeca, y empieza Natalia: Queremos hacerte una pregunta para acerca un poco lo que tú haces con lo que nosotras hacemos, que es el trabajo con el lenguaje. Nosotras somos trabajadoras o trabajadores del lenguaje. Entonces, ser cantautora te hace una persona que se relaciona de forma muy sensible con la música y la lírica, ¿cuál es la palabra más indisciplinada -haciendo el gesto con nuestro nombre del grupo también- que has encontrado o que se te ha ocurrido para describir, representar o definir el feminismo que practicas? 

Rebeca responde: 

Desde que nació mi bebé y estoy en lactancia, las palabras se me van. Quiero recordar el nombre de una fruta y me la tengo que imaginar primero. Una palabra sería “indisciplinada” o “disidente”. 

El feminismo, como todo movimiento, pasa por muchas etapas. Y en este momento la etapa que está pasando es bastante incómoda. Hay un feminismo más mainstream, más normativo, dogmático, que está reproduciendo discursos de odio. 

Pareciera que hay un deber ser que no corresponde con la realidad de la mayoría. Pareciera que cuando vos no cabes en esos discursos que se están reproduciendo ahora sos mala feminista… 

Me han dicho que la palabra feminista me queda muy grande. Las personas que se creen dueñas del feminismo. 

A mí el feminismo me permitió fugarme de las normas.

Paula pregunta: Una de tus canciones dice “Mis versos no son femeninos, son feministas” y a la vez en tus videos hay muchos elementos típicamente femeninos, como el color rosa, las flores. ¿Femenino/Feminista es un contraste o se complementan? 

Rebeca recuerda que la canción Bandera negra, donde aparece ese verso, tiene más de diez años y que en el momento de componerla ella no tenía formación feminista. 

Agrega Rebeca: Para mí la apertura a entender el feminismo fue a partir de la música. Antes me sentía muy aislada siendo feminista. Nunca había tenido un grupo para pensar estas cosas. En esas primeras canciones hay muchas contradicciones; para mí era más pertinente rimar que crear una concepción filosófica. En los últimos cinco años, las letras ya están muy meditadas.

(Además confiesa que recién ahora es consciente de la repercusión de su música.) Ahora investigo mucho antes de escribir.

Cuando nos juntamos mujeres para rapear nos empezaron a llamar raperas femeninas. A mí me molestó porque era una forma de excluirnos del hip hop. No solo nos decían raperas femeninas sino que también nos ponían a competir entre nosotras. Se empezó a generar competitividad entre raperas, y en ese momento no había consciencia feminista. El grupo duró como un año, y nos volvimos a reunir mucho después cuando ya nos habíamos acercado al feminismo. 

Esa frase en esa canción era una provocación a la cultura hip hop.

Ahora Gabriela levanta la mano y pregunta a qué mujeres le habla Rebeca y quiénes considera que son los sujetos políticos del feminismo.

Rebeca: No lo sé, esa es una discusión que se está llevando en espacios académicos. Yo soy música. En el feminismo del mundo del arte nuestras preocupaciones son otras, van cambiando. Por ejemplo, ahora que soy mamá mis preocupaciones dentro del feminismo son otras. Como música, por ejemplo, las preocupaciones son la violencia a la que estamos sujetas en festivales y estudios de grabación, la poca representación de mujeres en eventos, el alza de feminicidios, la violencia política -por ejemplo, ahora hay varias compañeras universitarias que están siendo criminalizadas en Guatemala-. 

¿A quiénes le hablo? A las mujeres que me encuentro en los espacios de calle y en los espacios artísticos. 

Kelly señala que los sujetos políticos van cambiando según los espacios que habitamos y que, en ese sentido, le llama mucho la atención la ternura que usa Rebeca en sus canciones, sobre todo al hablar sobre violencia sexual infantil y sobre la menstruación. “¿Qué es lo que te interpela para poder tener esa ternura?”, pregunta Kelly y agrega: “Normalmente, cuando escucho lo que pones en tu música interpela a la sociedad, pero justo cuando hablas de estos temas usas ternura.”

Rebeca: Esto creo que tiene que ver con la pregunta anterior. Yo antes de escribir un tema, me lo paso a mí: qué significa esto en mi vida, cómo lo he vivido yo. No es que cuando escribo un tema esté buscando un público.

Ni encerradas ni con miedos y Tzk’at las escribí con grupos. El resto de las canciones son parte de un proceso psicológico.

Durante muchos años tuve mucha aversión a ser mujer, no solo la menstruación, sino ser mujer. Yo era super misógina. Tuve muchos años en que yo no me identificaba con ser mujer. Esto era pre-internet. Solo no me gustaba ser mujer, punto. Cosa que fue cambiando cuando me encontré con la copa menstrual.

Cuando yo empecé a usar la copa, me cambió el casette completamente. Fue como ‘guau no me estoy pudriendo por dentro, la sangre que sale no es sucia.’ Ahí empezó a cambiar mucho mi relación con mi ser mujer. Esto me abrió una reconciliación conmigo misma muy importante. 

La primera vez que a mí me hablaron de la menstruación fue en un colegio. Fue una empresa de desechables a darnos la charla. Una empresa me contó por primera vez algo tan importante en la vida. Eso me traumó. Nunca había hablado de esto con mi abuela, con mi mamá. Por eso pensé ‘quiero escribir esto para mí niña, de diez años,’ como me hubiera gustado que me lo contaran. 

Muchas de las canciones que escribo van con la señal de ayudarme a mí a sanar algo. El camino de la mayoría de mis canciones va por ahí: primero indago en mí.

Cuando pienso en a qué mujeres quiero hablar, primero pienso en mí misma. Es mi única forma de ser honesta. No me gusta cuando las activistas cantan dando una lección. Me ha gustado mucho la posibilidad de cantar en primera persona. 

Leemos la pregunta que escribió Ernesto en el documento compartido: en la canción Flores rojas, al final del videoclip hay un llamado a una menstruación en dignidad para las niñas y las infancias gestantes. ¿Cómo se maneja el tema de infancias trans y las identidades trans en el activismo feminista en Guatemala?

Rebeca nos cuenta que la preocupación por las vidas trans no existe en Guatemala, al igual que en otros países como Costa Rica, y Centroamérica en general. Ella desarrolla la idea de que Centroamérica es vista como “un pueblo con 5 ciudades”, por ser países pequeños que se han mantenido un poco más atrasados en las discusiones relacionadas con el feminismo y, por supuesto, con las infancias trans, las cuales son solo consideradas de maneras muy particulares, tanto que ella evalúa que son conversaciones que aún no existen a nivel público. 

Ernesto interviene con la pregunta de (T’ika): si puedes contarnos un poco más sobre tus reflexiones sobre la naturaleza, la defensa de los animales y el feminismo. En Natura me gusta y llama la atención que dices que hemos jerarquizado y esclavizado a otras especies animales. 

Rebeca habla de su postura antiespecista-vegetariana y comparte su reflexión y relación entre feminismo y naturaleza, y las formas de producción en las sociedades capitalistas. Dentro de este camino de aprendizaje, nos cuenta Rebecca que sufrió de anemias a causa de su dieta vegetariana, de modo que volvió a comer carne y también desarrolló su pensamiento en torno a estos temas. Su reflexión antiespecista pasa también por su rol de madre en la actualidad, lo que la concientiza aún más sobre la idea de que no todos los cuerpos son iguales y que el vegetarianismo es algo que no aplica para todos los cuerpos. En este sentido, su reflexión va hacia la industria: la culpa no es de quienes necesiten comer carne o no, sino de la explotación que realiza la industria animal. 

Karina, de Asociación La Morada, lee su pregunta: en la canción Yo te elegí hablas de miedos, te haces preguntas y mencionas “Cambió mi cuerpo, cambió mi alma”, ¿cómo se conectan, ahora, la maternidad y el feminismo para ti? Teniendo en cuenta un contexto particular con los Derechos de las mujeres aún pendientes.

Para contestar esta pregunta, Rebeca nos cuenta sobre su salud mental, sus episodios de ansiedad y su proceso de terapia que se vio pausado por su embarazo. Asimismo, confiesa su necesidad de contar y compartir siempre sobre su estado mental y emocional abiertamente, y relaciona esto con el tema de la maternidad y el feminismo. Piensa que el feminismo ha dejado un poco de lado el tratamiento de la maternidad y toda la labor que eso trae. Según ella, desde el feminismo se ha abordado la decisión de no ser madre, pero no de sí ser madre. Rebeca cree que falta discutir sobre los derechos de la mujer que decidió ser madre. Reflexiona sobre la falta de discusión que hay sobre quienes maternan y que existe aún un estigma grande sobre las mujeres que han decidido ser madres por parte de algunas posiciones feministas, lo que genera la construcción de una sociedad anti-niños también. 

Con respecto a esto cuenta una experiencia de un encuentro feminista en Chile donde le llamó la atención la habilitación de un espacio de cuidado para madres e hijos, y en medio del encuentro las madres podían compartir con sus hijxs.

Silvia subraya una palabra muy centroamericana que usó Rebeca: “cuido”, y agrega “acuerpar”. Además agradece a Rebeca pues, como lo sentimos nosotras y como se ve en los comentarios de sus canciones, ella nos acuerpa a tantas de nosotras. Silvia interviene con una pregunta para cerrar la sesión volviendo a la cuestión del territorio. ¿Cómo ha sido para vos hablar desde Centroamérica?, porque está toda esta relación del colonialismo interno dentro de América Latina. ¿Y cómo es esa experiencia de hablar desde Guatemala? 

Rebeca nos comparte la percepción que tiene sobre Centroamérica y el resto de los países de la región. Cree que existe un “latinoamericano-explaining”, de modo que invalida muchísimo el testimonio de Centroamérica, y Centroamérica se invisibiliza en relación con los otros territorios latinoamericanos, sintiendo incluso una suerte de competencia entre regiones de América. 

“Si yo les pregunto cuáles son las principales luchas de Centroamérica en nuestros territorios hoy, no las saben.” Explica Rebeca, y agrega: 

Yo no me identifico como guatemalteca porque la identidad nacional en nuestro territorio tiene que ver con la militarización de los territorios y la dominación que se  ha dado sobre los pueblos originarios. Yo sí me identifico como centroamericana porque creo que la realidad social política de nuestra región tiene que ver con estos problemas que venimos acarreando y con la falta de autonomía de los pueblos para poder construir sus propias narrativas. 

No es lo mismo una lucha feminista desde nuestro territorio que desde cualquier otra realidad. Por eso cuando me dicen a mí si soy latinoamericana digo que no. 

Despedimos a Rebeca. Luego, recordamos que hoy el Círculo cumple dos años y nos felicitamos por ello. 

Para cerrar, se presentan las compañeras nuevas: Gabriela Ferrucci, Astrid Pacheco, Allison Peralta, Alexandra Galarza y Rosario Chuquiruna.

 

Autorxs

Perfil | Publicaciones

Doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires (Argentina), donde también obtuvo los títulos de Licenciada y Profesora en Letras. Realizó su posdoctorado con beca de CONICET en el Centro de Estudios del Lenguaje en Sociedad, de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y actualmente realiza una estancia posdoctoral en The City University of New York (CUNY).

Perfil | Publicaciones

Natalia es chilena, licenciada en Lengua y Literatura Hispánica con mención en lingüística (2014), y magíster en Lingüística Española (2017), ambos títulos obtenidos en la Universidad de Chile. También cursó un diplomado en Docencia Universitaria en la Universidad Central del mismo país (2019), y actualmente es estudiante del programa Latin American, Iberian and Latino Cultures en The Graduate Center (CUNY), New York.